martes, 29 de abril de 2014

"Mi Primera Decepción"



Siempre me han gustado los hombres mayores. Y cuando hablo de mayores, me refiero a 20 o más años mayor. Mis amigas siempre me han criticado por lo mismo o incluso hay ocasiones en que me dicen “ASALTA TUMBAS” lo cual me produce mucha gracia, es más vez que lo recuerdo me río.
Perdí mi virginidad con un hombre 25 años mayor, era un hombre interesante intenso y divertido, tenía muchos temas de conversación y las horas con él se pasaban volando. 

Un día nos ganó la pasión y yo lo único que quería era que ese hombre maduro me poseyera, que  me tomara entre sus brazos  y entregarme completamente. Yo ya estaba enamorada y era el paso que me faltaba, sentía la necesidad de hacerlo.

Al llegar al cuarto de hotel, no hubo besos apasionados ni caricias ni nada, sólo un incómodo silencio. Yo tenía ganas de abalanzarme sobre él y que él me tomara, como una bestia salvaje en celo, pero nada de eso ocurrió.  Él sólo me dijo – ¿Te duchas tú primero o lo hago yo? – quedé pasmada. Está bien nunca había tenido relaciones sexuales, pero lo que menos esperaba era que me enviaran a la ducha. Le pregunté directamente si era para hacerlo mientras nos duchábamos. Me miró extrañado y dijo No, sólo quiero que nos demos un baño, por separado.
Tenía muchas expectativas referente al encuentro sólo puedo decir que no lo disfruté, él estaba rígido, incómodo.
No nos volvimos a ver.
Lo que no logro comprender aún es porque algo que debería haber sido maravilloso y placentero, se volvió incómodo y difícil. Él siempre dijo que yo lo excitaba, que lo único que quería era que hiciéramos el amor, pero bueno no puedo comprender a los hombres no lo hice antes y no lo hago ahora.

“La Duquesa”

lunes, 14 de abril de 2014

“Arrinconada” 1º Parte



Desde la primera vez que lo vi me gustó de inmediato, el estaba haciendo sus “gracias” montando su caballo, nunca lo había visto y apareció en una reunión familiar mientras todos estábamos cada uno con un grupo, disfrutando, comiendo, bebiendo, conversando etc.
Como comprenderán a esta altura no me iba a quedar con las dudas de quién era ese macho exquisito que apareció a darle un poco de entretención (más aún) a mi noche, bueno para mi suerte el chiquillo era pariente de uno de los asistentes, es decir, había más posibilidad de conocerlo y entablar al menos una conversación más cercana e íntima (que es lo que yo, mínimo pretendía).
Me fue más fácil de lo que creía, obtuve su interés, ya que el del mío lo había obtenido desde un principio, el niñito no se hizo de rogar y me tenía, en poco tiempo, arrinconada a una pared, con la cual quedé (aun recuerdo) con la chaqueta toda blanca.
Aunque no lo crean no lo estaba disfrutando por un tema familiar, me incomodaba enormemente mientras tenía a este macho no dejándome respirar demasiado, ver a mi prima chica dibujando en la mesa, que estaba solo a un metro de distancia, sin considerar a los demás familiares, primos, conocidos deambulando dentro de la casa, y mirando de vez en cuando como que no quiere la cosa, me sentí desubicada (la maldita educación mojigata en Chile, educada en un colegio católico, etc.)
El muñeco se va, me invita a salir fuera para acompañarlo, no lo besé y no hice nada!!! Y me siento culpable de ese momento porque, me importaba mucho la opinión, en ese momento, de la manada que había dentro, y ya que no estaba en mi casa, sino en otro lugar no quería parecer desubicada, y... Como se dice en Chile “maraca”... Ahora creo que no me hubiese importado mucho…
Continuará…

-          CALI 

martes, 8 de abril de 2014

"No estoy preparado"



Venía saliendo de la relación (hasta ese momento) más importante de mi vida, había quedado con el corazón destrozado, me sentía humillada, inferior y tenía todos los síntomas del desamor y el engaño… pero esa es otra historia que desmenuzaré en otra oportunidad.  Comencé a pasar  tiempo en internet, específicamente en foros y fue ahí donde lo conocí, tenía un nickname interesante y recuerdo que lo agregué a Messenger. Inmediatamente comenzamos a hablar. Él era muy entretenido, disfrutaba  demasiado conversar con él, me pasaba prácticamente todo el día en su ventana de chat, ÉL ME HACÍA FELIZ.
Pasaron los meses y todo indicaba que nos gustábamos, aún no nos conocíamos en persona, aunque si por fotos. Recuerdo que la primera vez que vi su foto, pensé que no era un adonis, pero no me importó, porque para mí él era perfecto tal y como estaba. 
Llegó el momento de la primera cita. Yo había pospuesto juntarnos, TENÍA MIEDO  de lo que estaba sintiendo, venía saliendo de una relación dolorosa y ser feliz me parecía imposible, finalmente después de mucha insistencia de su parte acepté salir con él. Fue un día de otoño, lo esperé donde habíamos acordado y mi corazón latía a mil, estaba muy nerviosa… Cuando lo vi, sentí que me lanzaba al vacío y una sonrisa se dibujo en mi rostro, al igual que en el de él.
La primera cita fue de risas, coqueteos y largas miradas. Fue una noche cargada de emociones.
Nuestra relación iba bien, él decía que yo le encantaba y que estaba enamorado de mí, que le gustaba pasar su tiempo conmigo. Yo me enamoré. Aluciné con ese chico que me hacía reír a carcajadas y que me enseñaba como disfrutar la vida, a no avergonzarme de mi cuerpo y a amar mis imperfecciones. Me tenía encandilada.
Nunca le pusimos nombre a la relación, yo jamás presioné para eso, me gustaba estar con él…  Fue él, quién tocó el tema un día y me dijo: Me encanta estar contigo, pero NO ESTOY PREPARADO, para algo más serio, así que por favor no te hagas ilusiones. ¿Ilusiones? ¡¿Como no ilusionarme con su trato y con lo que decía?!  Me dijo estar enamorado de mí y me dice que no me ilusione, no lo entendía. Después de esa conversación él empezó a alejarse, hice lo posible por mantenerme ahí, pero él no lo permitió. Yo simplemente dejé que se fuera, no podía mantenerlo a mi lado si él no lo quería así. De a poco empecé a desilusionarme y a concentrarme en otras cosas ¿Qué más podía hacer? Me dolió, pero lo superé, decidí quedarme con lo que me había enseñado y seguir adelante.
Al poco tiempo de “DEJARNOS”  (si la memoria no me falla, prácticamente un mes) me enteré por unos amigos que teníamos en común, que él estaba comprometido… ¡¡¡UN MES!!!  No podía entenderlo, hacía un tiempo me decía que no estaba preparado para un compromiso, pero en cuatro semanas él se comprometió.
No lo entendí en ese momento, no lo entiendo ahora que han pasado los años.
… Lo que nunca contemplé fue la posibilidad de que estuviera con ella, mientras estaba conmigo, pero creo que eso nunca lo sabré.

Colomba.

viernes, 4 de abril de 2014

“Tú hora ya pasó”



Tenía 15 años cuando lo conocí, cuando me atreví a hablarle por primera vez. Llevaba un tiempo mirándolo, sabía donde vivía y casualmente paseaba por ahí con mi amiga, estuve meses haciéndolo, hasta que me atreví a hablarle. A lo mejor fue su sonrisa encantadora o su mirada penetrante, o tal vez su apariencia de chico malo lo que me  cautivó, no sabría definirlo. Estuve mucho tiempo siendo su amiga, conociéndolo, juntándome a escondidas con él, ya que según mi madre él no era bueno para mí (pero como de seguro adivinarán, eso no me importó). Soñaba con él despierta y dormida, mis suspiros eran sólo para él, según yo estaba enamorada.
Salí un día con una amiga a caminar por los lugares donde sabía lo podía encontrar, sólo para verlo, para que me dijera “hola”, para que me sonriera. Cuando lo vi y después de un rato de conversar con él, me marché a casa y en el camino mi amiga me dice: ¿Hasta cuando vas a estar de esta manera? ¿Pretendes estar toda la vida así, suspirando por él sin hacer nada? Le encontraba razón, pero siempre esperé que él se acercara a declararme su amor ¿Y que pasaría si él no sentía lo mismo que yo? Tenía miedo, era normal. Está bien le dije a mi amiga, iré a hablar con él.  Caminé lento, con el corazón a full, tenía sentimientos encontrados, una parte de mí quería declararse y la otra rogaba al cielo porque él no estuviera. Cuando llegué cerca de su casa no estaba, suspiré aliviada, por no tener que enfrentarme a aquella situación, di media vuelta, cuando escuché mi nombre. Se me apretó el estómago, respiraba entrecortado ¿Y ahora que hacía? Voltee y le dije- Hola, necesito hablar contigo- sonrió (me derretí) me dijo que lo esperara unos minutos. Eran los primeros días de otoño y el cielo estaba extraño, la mitad de él tenía nubes negras por la lluvia que venía y en la otra había un maravilloso sol. Cuando volvió nos sentamos a conversar le dije lo que sentía y el dijo que sentía lo mismo, me sentí en las nubes, al fin se concretaría lo que tantas veces había soñado. Él me pidió que lo besara, esa parte fue un poco frustrante por supuesto, esperaba que él me tomara y me besara… pero no lo hizo, si quería un beso tendría que tomarlo yo. Lo hice.
Estuvimos cerca de un mes juntos, según yo todo iba de maravillas, yo estaba enamorada y pensaba que él también.  Una noche fui a  verlo, salí de mi casa mintiéndole a mi mamá, diciéndole que me juntaría con una amiga. Al llegar a su casa, él se encontraba afuera con sus amigos me vio, agachó la cabeza y se escondió. Me dolió tanto, no sabía porque hacía eso. Me fui corriendo y unas lágrimas cayeron por mis mejillas. Él nunca más me buscó, nunca dio ninguna explicación.
Volví a encontrármelo 3 años después, nos saludamos cordialmente. Yo en esos momentos tenía una pareja y era muy feliz. Él preguntó por mi estado civil, le dije la verdad y él me dijo la cagué, perdona. Respondí que ya era tarde para eso, que ahora estaba bien y que era feliz. NO IMPORTA DIJO, YO VOY A LUCHAR POR UN PEDACITO DE TU CORAZÓN. A lo cuál, yo me reí, dándole unas palmaditas en el hombro diciéndole, no lo intentes tú hora ya pasó. 


                   Colomba.