martes, 9 de diciembre de 2014

"Todo lo que sube, tiene que bajar"

Cuando tenía 14 años conocí a un chico guapo, sensual y divertido. Le gustaba a varias de mis amigas, que lo habían conocido antes que yo, de hecho varias ya lo habían probado y una que otra había quedado "enganchada" . De hecho sabía quién era antes de conocerlo.
Un día de verano, en un paseo me lo presentaron- así que éste es el famoso- pensé.  Durante todo el día tuvimos coqueteos, de esos que se pueden tener cuando eres un adolescente, algo dulce y divertido. Nos gustamos. Después de aquel día no volví a ver... 
... 10 años después gracias a la tecnología nos agregamos a la famosa red social Facebook. Yo ya había perdido el interés en él obviamente, de hecho ni siquiera lo recordaba. Él comenzó a hablarme, me dijo que siempre le había gustado y que siempre se acordaba de mí. Después de un tiempo de conversaciones, me invitó a salir. Debo reconocer que no acepté de inmediato, siempre intenté pos ponerlo, no sabría explicar porque. El tema es que éste chico insistió bastante, hasta que un día acepté. 
Nos juntamos en un pub para beber unos tragos y conversar, recordar "viejos tiempos" (aunque siendo sinceros no había mucho en común, sólo uno que otro amigo).  
Él me miraba con deseo, yo así lo sentía y así me lo hizo entender con sus palabras, yo me dejé querer. Yo también le coqueteaba, hasta que llegó un punto de la noche en que nos besamos apasionadamente, nos acariciamos, pero esa noche no pasó nada... nuestra segunda cita, fue similar a diferencia de que esta vez no fuimos a un pub ni nada, simplemente nos juntamos en un punto x, conversamos y seguimos con el coqueteo. Siempre nos mandábamos mensajes algo subidos de tono, de hecho nuestras últimas conversaciones habían sido en una base sexual, ninguno de los dos había mencionado sentimientos y eso lo hacía bastante cómodo.  Llegó un punto de "nuestra relación" que ya era necesario concretar lo que tantas veces habíamos conversado. Me citó en un lugar, hicimos nuestra previa, conversa, cervezas, besos, caricias. Llegó el momento en que él me dijo - Vamos a otro lado- Yo acepté (obviamente).
Íbamos viento en popa, hasta que llegó un momento en que todo dejó de funcionar... TODO.  Mientras yo intentaba ayudarlo y calmarlo, en mi mente la única frase que daba vueltas era ¿Qué pasó?. Puse todo de mi parte para que él pudiera reaccionar, pero todo fue en vano. Se justificó de una manera ridícula y prácticamente me echó del lugar en donde estábamos a base de excusas, yo me vestí dignamente y me fui. Desde aquel día, el dejó de hablarme, me eliminó de facebook y me bloqueó de whatsapp... Yo obviamente seguí mi vida, pero quise compartir mi historia con ustedes, que estoy segura que a más de alguna le ha pasado.

Y no queda más que decir que: NO ENTIENDO A ESTOS CONCHESUMADRES, son todos igual de raros.

"La cabrona"

martes, 27 de mayo de 2014

"Arrinconada" 3º Parte y Final

En la segunda parte de esta historia tuve que arrancarme literalmente de unos niños curiosos

que interrumpieron mi velada sexual.

Después de ese incidente pasaron algunos años, y aparecía cuando más me estaba aburriendo

tipo 3 A.M cuando la mayoría estaba borracho o con buenas compañías, mientras yo rumiaba

mi soledad, sueño y aburrimiento y esperaba que algunos del grupo dijeran por fin, ¡Ya,

vámonos! Pero no pasaba eso.

Estando en ese estado de repente aparece este ángel caído del Cielo para revitalizar y

entretener mi asquerosa noche. Se acerca al grupo saluda, me saluda y nos vamos a bailar,

se da cuenta que me había colocado un piercing en la nariz, y yo muy sorprendida ya que

después, de 5 largos años nos volvíamos a re-encontrar y se fijara en ese detalle. Pero yo

también observadora, su horroroso anillo en la mano izquierda, me enteré que se había

casado y lo peor, tenía 2 hijos. Por eso muchos y sobretodo muchas personas me miraban

directo porque este hombre me tenía bien abrazada, y yo, como si nada pasara.

Como este príncipe llegó demasiado tarde no pudimos ponernos mucho al día, y menos

casado.

Nuevamente pasaron varios años más, esta vez menos, quizás unos dos, y nos re-encontramos

en un matrimonio, nos saludamos, pero por razones lógicas (o quizás no tanto) no me habló

durante toda la noche. El tema es que estábamos en un matrimonio y la gente se intercambia

parejas para bailar, la idea es compartir. El compartía con otras mujeres en el matrimonio,

por qué no bailó conmigo, no le iba a pedir nada, y nunca iba a ser tan desubicada como para

llevármelo a otro sitio, quería saber cómo estaba, y reírnos como amigos, a esa altura ya

lo consideraba mi amigo, sin dobleces.. o quizás él no se iba a controlar, nunca lo sabré, ya

que han pasado muchísimos años y dudo mucho que nos volvamos a ver. Le agradezco a ese

hombre que me hizo divertir en cada fiesta en que nos encontrábamos, y nunca me hizo la

desconocida (cuando estaba solo) después de tantos años, y me dejó con historias para contar.

- CALI -

lunes, 5 de mayo de 2014

"Arrinconada" 2º Parte



En la primera parte de esta historia contaba que yo conocía a un chiquillo que me había dejado loca desde el primer momento en que lo vi montado en su corcel y que, después de unas horas me tenía arrinconada en una pared, y después me invitó a “DESPEDIRLO” fuera de la casa, pero que yo, por temas educacionales y programaciones no había querido besarlo ni nada ya que, sentía que todas las miradas convergían hacia nosotros y eso me tenía incómoda.
Para que decir lo arrepentida y tonta que me sentía por no haber aprovechado semejante oportunidad con este hombre que me gustó  tanto, yo solo estaba por una corta temporada en ese lugar y creía que muy a mi pesar ya no lo iba a  ver más.
Pero Dios es grande y bondadoso, y al año siguiente (benditas Fiestas Patrias) cual fue mi sorpresa que veo llegar a este hombre al cual no había podido olvidar en todo ese tiempo. YO DIGNA (rayando en lo tiesa) hice como que no lo había visto llegar, pero mis ojos se movían curiosos (mi cuerpo no, para no delatarme lo interesada que estaba en él) buscándolo, entre la multitud, yo a esa altura rogando para que éste chiquillo apareciera por nuestro grupo a saludar.
Cabe destacar que estábamos en una Fonda -lugar típico chileno en cual se da el baile Nacional, Cueca, y otros no tan nacionales como Rancheras, Cumbias, hasta Reggeaton si se da el ánimo, aparte del bebestible y comestible, es decir, fiesta popular nacional- por lo tanto la cantidad de gente era considerable. Para mi suerte él se acercó a saludar, también tenía miedo a que no me reconociera, pero al llegar al grupo, familiares y amigos le dijeron de inmediato que yo estaba. Me reconoció y de inmediato como que no queriendo la cosa me saca de ese lugar de tanta gente y me lleva a un lugar más vacío, escampado, utilizado como estacionamiento para ese evento... nos empezamos a besar, frenéticamente, me tironeaba  hasta cerca de una camioneta, la abre… caigo arriba de él… Oh oh niños alrededor, jugando y divirtiéndose a costa nuestra, no era un lugar tan “PRIVADO”, me enfríe nunca he sido artista sexual para tener público, así que me salí de ese lugar, arreglándome la ropa y lo dejé solo con sus cavilaciones. Después me enteré que el auto no era de él, no sé cómo lo abrió sin problemas.
Gracias niños por arruinarme la noche y por sacarme, quizás, de un probable problema de usar un auto que no le pertenecía...
Queda una última parte, esto aún no termina…
-          CALI      -

martes, 29 de abril de 2014

"Mi Primera Decepción"



Siempre me han gustado los hombres mayores. Y cuando hablo de mayores, me refiero a 20 o más años mayor. Mis amigas siempre me han criticado por lo mismo o incluso hay ocasiones en que me dicen “ASALTA TUMBAS” lo cual me produce mucha gracia, es más vez que lo recuerdo me río.
Perdí mi virginidad con un hombre 25 años mayor, era un hombre interesante intenso y divertido, tenía muchos temas de conversación y las horas con él se pasaban volando. 

Un día nos ganó la pasión y yo lo único que quería era que ese hombre maduro me poseyera, que  me tomara entre sus brazos  y entregarme completamente. Yo ya estaba enamorada y era el paso que me faltaba, sentía la necesidad de hacerlo.

Al llegar al cuarto de hotel, no hubo besos apasionados ni caricias ni nada, sólo un incómodo silencio. Yo tenía ganas de abalanzarme sobre él y que él me tomara, como una bestia salvaje en celo, pero nada de eso ocurrió.  Él sólo me dijo – ¿Te duchas tú primero o lo hago yo? – quedé pasmada. Está bien nunca había tenido relaciones sexuales, pero lo que menos esperaba era que me enviaran a la ducha. Le pregunté directamente si era para hacerlo mientras nos duchábamos. Me miró extrañado y dijo No, sólo quiero que nos demos un baño, por separado.
Tenía muchas expectativas referente al encuentro sólo puedo decir que no lo disfruté, él estaba rígido, incómodo.
No nos volvimos a ver.
Lo que no logro comprender aún es porque algo que debería haber sido maravilloso y placentero, se volvió incómodo y difícil. Él siempre dijo que yo lo excitaba, que lo único que quería era que hiciéramos el amor, pero bueno no puedo comprender a los hombres no lo hice antes y no lo hago ahora.

“La Duquesa”

lunes, 14 de abril de 2014

“Arrinconada” 1º Parte



Desde la primera vez que lo vi me gustó de inmediato, el estaba haciendo sus “gracias” montando su caballo, nunca lo había visto y apareció en una reunión familiar mientras todos estábamos cada uno con un grupo, disfrutando, comiendo, bebiendo, conversando etc.
Como comprenderán a esta altura no me iba a quedar con las dudas de quién era ese macho exquisito que apareció a darle un poco de entretención (más aún) a mi noche, bueno para mi suerte el chiquillo era pariente de uno de los asistentes, es decir, había más posibilidad de conocerlo y entablar al menos una conversación más cercana e íntima (que es lo que yo, mínimo pretendía).
Me fue más fácil de lo que creía, obtuve su interés, ya que el del mío lo había obtenido desde un principio, el niñito no se hizo de rogar y me tenía, en poco tiempo, arrinconada a una pared, con la cual quedé (aun recuerdo) con la chaqueta toda blanca.
Aunque no lo crean no lo estaba disfrutando por un tema familiar, me incomodaba enormemente mientras tenía a este macho no dejándome respirar demasiado, ver a mi prima chica dibujando en la mesa, que estaba solo a un metro de distancia, sin considerar a los demás familiares, primos, conocidos deambulando dentro de la casa, y mirando de vez en cuando como que no quiere la cosa, me sentí desubicada (la maldita educación mojigata en Chile, educada en un colegio católico, etc.)
El muñeco se va, me invita a salir fuera para acompañarlo, no lo besé y no hice nada!!! Y me siento culpable de ese momento porque, me importaba mucho la opinión, en ese momento, de la manada que había dentro, y ya que no estaba en mi casa, sino en otro lugar no quería parecer desubicada, y... Como se dice en Chile “maraca”... Ahora creo que no me hubiese importado mucho…
Continuará…

-          CALI 

martes, 8 de abril de 2014

"No estoy preparado"



Venía saliendo de la relación (hasta ese momento) más importante de mi vida, había quedado con el corazón destrozado, me sentía humillada, inferior y tenía todos los síntomas del desamor y el engaño… pero esa es otra historia que desmenuzaré en otra oportunidad.  Comencé a pasar  tiempo en internet, específicamente en foros y fue ahí donde lo conocí, tenía un nickname interesante y recuerdo que lo agregué a Messenger. Inmediatamente comenzamos a hablar. Él era muy entretenido, disfrutaba  demasiado conversar con él, me pasaba prácticamente todo el día en su ventana de chat, ÉL ME HACÍA FELIZ.
Pasaron los meses y todo indicaba que nos gustábamos, aún no nos conocíamos en persona, aunque si por fotos. Recuerdo que la primera vez que vi su foto, pensé que no era un adonis, pero no me importó, porque para mí él era perfecto tal y como estaba. 
Llegó el momento de la primera cita. Yo había pospuesto juntarnos, TENÍA MIEDO  de lo que estaba sintiendo, venía saliendo de una relación dolorosa y ser feliz me parecía imposible, finalmente después de mucha insistencia de su parte acepté salir con él. Fue un día de otoño, lo esperé donde habíamos acordado y mi corazón latía a mil, estaba muy nerviosa… Cuando lo vi, sentí que me lanzaba al vacío y una sonrisa se dibujo en mi rostro, al igual que en el de él.
La primera cita fue de risas, coqueteos y largas miradas. Fue una noche cargada de emociones.
Nuestra relación iba bien, él decía que yo le encantaba y que estaba enamorado de mí, que le gustaba pasar su tiempo conmigo. Yo me enamoré. Aluciné con ese chico que me hacía reír a carcajadas y que me enseñaba como disfrutar la vida, a no avergonzarme de mi cuerpo y a amar mis imperfecciones. Me tenía encandilada.
Nunca le pusimos nombre a la relación, yo jamás presioné para eso, me gustaba estar con él…  Fue él, quién tocó el tema un día y me dijo: Me encanta estar contigo, pero NO ESTOY PREPARADO, para algo más serio, así que por favor no te hagas ilusiones. ¿Ilusiones? ¡¿Como no ilusionarme con su trato y con lo que decía?!  Me dijo estar enamorado de mí y me dice que no me ilusione, no lo entendía. Después de esa conversación él empezó a alejarse, hice lo posible por mantenerme ahí, pero él no lo permitió. Yo simplemente dejé que se fuera, no podía mantenerlo a mi lado si él no lo quería así. De a poco empecé a desilusionarme y a concentrarme en otras cosas ¿Qué más podía hacer? Me dolió, pero lo superé, decidí quedarme con lo que me había enseñado y seguir adelante.
Al poco tiempo de “DEJARNOS”  (si la memoria no me falla, prácticamente un mes) me enteré por unos amigos que teníamos en común, que él estaba comprometido… ¡¡¡UN MES!!!  No podía entenderlo, hacía un tiempo me decía que no estaba preparado para un compromiso, pero en cuatro semanas él se comprometió.
No lo entendí en ese momento, no lo entiendo ahora que han pasado los años.
… Lo que nunca contemplé fue la posibilidad de que estuviera con ella, mientras estaba conmigo, pero creo que eso nunca lo sabré.

Colomba.

viernes, 4 de abril de 2014

“Tú hora ya pasó”



Tenía 15 años cuando lo conocí, cuando me atreví a hablarle por primera vez. Llevaba un tiempo mirándolo, sabía donde vivía y casualmente paseaba por ahí con mi amiga, estuve meses haciéndolo, hasta que me atreví a hablarle. A lo mejor fue su sonrisa encantadora o su mirada penetrante, o tal vez su apariencia de chico malo lo que me  cautivó, no sabría definirlo. Estuve mucho tiempo siendo su amiga, conociéndolo, juntándome a escondidas con él, ya que según mi madre él no era bueno para mí (pero como de seguro adivinarán, eso no me importó). Soñaba con él despierta y dormida, mis suspiros eran sólo para él, según yo estaba enamorada.
Salí un día con una amiga a caminar por los lugares donde sabía lo podía encontrar, sólo para verlo, para que me dijera “hola”, para que me sonriera. Cuando lo vi y después de un rato de conversar con él, me marché a casa y en el camino mi amiga me dice: ¿Hasta cuando vas a estar de esta manera? ¿Pretendes estar toda la vida así, suspirando por él sin hacer nada? Le encontraba razón, pero siempre esperé que él se acercara a declararme su amor ¿Y que pasaría si él no sentía lo mismo que yo? Tenía miedo, era normal. Está bien le dije a mi amiga, iré a hablar con él.  Caminé lento, con el corazón a full, tenía sentimientos encontrados, una parte de mí quería declararse y la otra rogaba al cielo porque él no estuviera. Cuando llegué cerca de su casa no estaba, suspiré aliviada, por no tener que enfrentarme a aquella situación, di media vuelta, cuando escuché mi nombre. Se me apretó el estómago, respiraba entrecortado ¿Y ahora que hacía? Voltee y le dije- Hola, necesito hablar contigo- sonrió (me derretí) me dijo que lo esperara unos minutos. Eran los primeros días de otoño y el cielo estaba extraño, la mitad de él tenía nubes negras por la lluvia que venía y en la otra había un maravilloso sol. Cuando volvió nos sentamos a conversar le dije lo que sentía y el dijo que sentía lo mismo, me sentí en las nubes, al fin se concretaría lo que tantas veces había soñado. Él me pidió que lo besara, esa parte fue un poco frustrante por supuesto, esperaba que él me tomara y me besara… pero no lo hizo, si quería un beso tendría que tomarlo yo. Lo hice.
Estuvimos cerca de un mes juntos, según yo todo iba de maravillas, yo estaba enamorada y pensaba que él también.  Una noche fui a  verlo, salí de mi casa mintiéndole a mi mamá, diciéndole que me juntaría con una amiga. Al llegar a su casa, él se encontraba afuera con sus amigos me vio, agachó la cabeza y se escondió. Me dolió tanto, no sabía porque hacía eso. Me fui corriendo y unas lágrimas cayeron por mis mejillas. Él nunca más me buscó, nunca dio ninguna explicación.
Volví a encontrármelo 3 años después, nos saludamos cordialmente. Yo en esos momentos tenía una pareja y era muy feliz. Él preguntó por mi estado civil, le dije la verdad y él me dijo la cagué, perdona. Respondí que ya era tarde para eso, que ahora estaba bien y que era feliz. NO IMPORTA DIJO, YO VOY A LUCHAR POR UN PEDACITO DE TU CORAZÓN. A lo cuál, yo me reí, dándole unas palmaditas en el hombro diciéndole, no lo intentes tú hora ya pasó. 


                   Colomba.